Un pequeño azabache de unos trece años con una sonrisa entusiasta de oreja a oreja, montaba su bicicleta con una cámara colgando de su cuello, se dirigía a su lugar favorito, aquel mirador que poseía el bosque de su amado pueblo de South Park. Al llegar aparco su medio de transporte y entusiasmado encamino sus pasos, quería ver si tenia suerte de fotografiar algo hermoso e inigualable ese día, y fue cuando lo vio. Un pequeño niño que aparentaba tener la misma edad que él, el sol daba de pleno contra el contraste de su pálida piel, su cabello rubio brillaba y se desordenaba mas aun con el viento, pero lo que lo dejo sin aliento fue ver aquellos ojos, un color que jamás creyó que existía, un tono azulado y en degrade a un verde casi amarillento. Sintió su rostro enrojecer al verlo, claro que sintió su presencia y al voltear a verlo fue cuando aprovecho el momento y lo fotografío. . . . Pasaron 5 años y el joven ya con 18 años preparaba todo para mudarse y comenzar su nueva etapa de la vida, si, la tan mencionada vida universitaria. Estaba entusiasmado pero triste a la vez, ya que estudiaría una carrera que no le gustaba para nada pero su padre pagaba sus estudios por lo que no le quedo de otra, o esa al menos es su lógica. Moviendo una de las cajas que estaba al fondo de su armario una foto se deslizo a sus pies, curioso la levanto, aquel pequeño niño que conoció, en verdad había quedado encantado por su apariencia, pero creyó que jamás volvería a ver aquella imagen, después de lo que sucedió. Suspiro y se pregunto si habrá sido un sueño aquello. La vida suele jugar siempre bromas a la gente y uno le dice que solo es el destino, pero a veces también suele ser el mundo un pañuelo y por algo suceden aquellas cosas. Nadie le dijo que el destino le jugaría aquella pasada y aquella criatura que la considero un espíritu del bosque, ahora lo tenia vagando por los mismos pasillos de la universidad que asistía. (Precuela d
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