A veces no le damos al primer amor la importancia que realmente tiene, ni caemos en la cuenta de los sentimientos tan profundos que despierta en nosotros. Yo tenía la certeza de que ya había pasado página gracias al transcurso de los años. Me mudé dos veces, estuve estudiando, conseguí un buen trabajo de azafata, y me disponía a construir un nuevo futuro junto al hombre perfecto. Incluso nos habíamos prometido, por lo que comenzamos con los preparativos de la boda con la que tanto había soñado. Sin embargo, un vuelo a tan solo tres meses de casarme lo cambiaría todo.