Abundantes cuentas bancarias, amplias colecciones de vehículos deportivos, casas en zonas exclusivas y padres exitosos. Así los podría describir. No son normales. No son lo que te imaginas al pensar en los futuros herederos de las más importantes empresas a lo largo y ancho del globo terráqueo. Son más que caras lindas y jóvenes brillantes, son tenaces y astutos, capaces de quebrarte y manipularte a su antojo. Las piezas de su juego de ajedrez se mueven como ellos lo han calculado. Pelean entre ellos por el orgullo de su familia mientras tratan de convertirse en los mejores. Maquiavélicos, especiales y astutos. Así describiría a los herederos.