Cuenta la leyenda que hubo una batalla ganada por los siete pecados capitales, donde el infierno liberar sus ataduras y pudieron caminar entre los vivos; se dice que el cielo frustró su cometido y los separó en el proceso, dispersos por la vasta tierra, incapaces de ejercer poder frente a cualquiera. Pues una paradoja hizo eco, solos nada lograrían, pero juntos el mundo devastarían y, por un tiempo lo lograron, al infectar a la humanidad con la seducción que el circo Staberon les brindaba. Hasta que la evolución hizo lo suyo ocupando la mente colectiva con atracciones diferentes haciendo que dejaran de temer a lo que creían un cuento para asustar a los niños y lo que mantenía fuera la maldad, pero en eso sí había veracidad. Incompletos deambularon por las calles, poco a poco juntando fuerzas de la oscuridad, absorbiendo los miedos y convirtiéndolos en fe, vacía y corrupta. Por milenios uno a uno encontró el camino, excepto el único que podría dar inicio a la vieja profecía. Los siete hijos de los Jinetes, levantarían el averno y tomarían lo que sentían por derecho suyo. Pero, hay algo que nadie previó, algo más oscuro emerge del odio y se planta como peor que los mismos Nocturnos, un guardián consumido por el odio y la envidia que la humanidad implanto en su puro ser. ©Julieta López CCA 4.0. ISBN 2102066842483
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