AU. La línea entre lo paranormal y nuestro mundo es muy delgada. Dos dimensiones diferentes coexistiendo en una misma realidad, siempre encontrando la manera de nunca cruzarse. Sin embargo, cuando un alma se niega a dejar ir el daño y culpa que siente, es condenado a permanecer en el plano terrenal por la eternidad, a menos que recuerde aquello que alguna vez lo hizo plenamente feliz en vida. Ni modo, total Mikey ni quería descansar en paz, ya es feliz entrometiéndose en la vida cotidiana de un desafortunado Takemichi.