En lugar de solo morir uno de ellos, ambos gemelos Tsugikuni perecen en compañía del otro, lamentándose de que sus vidas sean un imán de desgracias y mala suerte, deseando tener una nueva oportunidad para que las cosas sean distintas. Al parecer los dioses si los quieren, o al menos a Yoriichi, ya que ambos renacen en la era Taisho como gemelos otra vez, obteniendo lo que ambos tanto anhelaban. Pero todo en la vida tiene un precio, y en este universo los hermanos no pueden ser totalmente felices sin antes recorrer un largo camino.