El Santo del Oráculo era falso, y el falso merecía ser expulsado del templo sagrado. Frente al frágil ser que cayó al mundo sin ninguna protección, apareció el primer príncipe del imperio y se acercó. Ella tuvo que tomar sus manos. "No tienes que preocuparte por nada. Yo me ocuparé de ti." Sin saber que el hombre cariñoso estaba teniendo pensamientos, parpadeó y se la imaginó abriendo las piernas. ******* Pensé que era algo extraño. Cuando todo se derrumbó y la abandonó, apareció como si todo hubiera sido organizado. "¿Por qué sigues llorando, querido santo?" "..." "No estoy diciendo que te vaya a matar". El maníaco que desea poseerla y tragarla todo.