En una pequeña villa de pescadores, nunca faltan hombres con delirios de criaturas místicas luego de largas jornadas de trabajo bajo el sol. Harry, lo sabía bien, no quería ser visto como uno, pero su historia sobre la criatura que vio al anochecer saliendo del agua y volviendo a introducirse en saltos y piruetas al ritmo de sus canciones de marineros...era real, tenía que serlo.