Detestaba su fecha de nacimiento tanto como su cumpleaños porque le recordaba cada cosa que le hizo llorar en su camita con el pijama que tanto le gustaba usar, pero aún con todo, amaba el olor de su perfume caro cuando se acostaba en su pechito buscando reconfortar sus temblorosas patitas, el dolor seguía allí pero con ayuda de alguien puede desaparecer, ¿no es así?