Mi primera idea al hacer ejercicio fue tener un entrenador qué lo único qué hiciera fuera comer pan y tomar cafe. Obviamente estaba muy equivocada si tenía esa idea. Al contrario mi entrenadora era muy sexi, nunca creí podermela imaginar en otra actividad física que no fuera sólo levantar pesas. Al contrario me llevé la sorpresa de ver unos hermosos orbes verdes con la pupila dilatada, de la voz más rasposa y todo el mundo aún siendo de mujer, y de los dedos más juguetones. Lástima que fuera la mujer más fácil, y la más hermosa.