¿Que era algo inquebrantable? En mi sensible cabeza, era algo firme y sólido. Algo que jamás podría romperse, ya que de eso se trataba. Tal cual se trataba de una promesa. Inquebrantable era mi emoción por el ballet. Inquebrantable era mi amor por mi madre. Inquebrantable era mi cariño por la música. Inquebrantable era mi pasión por moverme al compás de las melodías. Así era una promesa, inquebrantable. Así con todos sus matices, contrastes y su extensa profundidad. Porque una promesa contenía mucha pasión, emoción y color. Una promesa inquebrantable era demasiado peso y significado puesto, no cualquiera puede mantenerlo. Pero las promesas son tan comunes, que puedes prometerlo sin sentirte agobiado o angustiado. Para mi no era así, para mi es distinto. Para mi es único. Único como lo inquebrantable, único como la promesa. Único como una promesa inquebrantable.
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