Muchas religiones veneran al sol. Este es brillante, tanto así que puede dejarte ciego con mirarlo de más. Yo no me consideraba una persona que venera cosas, hasta que la conocí. Ella es mi sol. Ella puede dejarme ciego y, aun así, yo la seguiría hasta el mismo infierno. Porque lo que se ama no se daña. Y si lo dañas, ya no lo amas. Pero recuerden: el sol desaparece por la noche. Las cosas desaparecen como el día y la noche. Lo que nos enseña que no todo dura para siempre.
6 parts