La antigua historia, llena de misterios y transmitida de generación en generación, establece que solo aquel con un corazón puro puede extraer la espada mítica, incrustada en la piedra ancestral. Según la leyenda, quien lo logre será nombrado el nuevo rey, la espada no es simplemente un signo de autoridad, se cree que tiene poderes mágicos que sólo el rey puede manejar. Todo esto suena impresionante, como el inicio de una gran aventura, pero ¿qué pasa si la profecía no es exactamente como nos la han transmitido? ¿Es realmente un privilegio ser el portador de tal espada, o podría ser una maldición disfrazada?