Satoru carga con varias dagas enterradas en su espalda, dagas que lo apuñalaron en su infancia, carga con ese gran peso incluso hasta el día de hoy, dentro de su matrimonio junto a Suguru Geto. Un pasado lleno de maltratos y expectativas que lo persiguen, maltratos que aunque Suguru conocía al ver las marcas que adornaban el cuerpo del albino, no conocía su pasado a profundidad y eso lo llenaba hasta el cuello de la irá. Un evento desafortunado con una maldición conocida como Sweet Solitude (dulce soledad) le hará un par de cambios al de mechones blancos y su relación tendrá un giro de 360° Un pequeño Satoru se hará presente y ahora Suguru tendrá que encontrar la forma de lamer las heridas de su amado esposo.