No abras los ojos. Déjame terminar, se que cuando el reloj se detenga, ya no tendré otra oportunidad. Para Emma, estar rodeada de trazos delicados es un privilegio, durante toda su vida se ha encargado de tomar la vida de los demás entre sus manos. Hasta que llega la hora de darle vida a su propio lienzo en blanco. Damian, llega a la vista de Emma convirtiéndolo en su musa. No sin antes causar un desorden en su cabeza, cosa que ella odia al no poder controlar lo que pasa. Pronto, se dará cuenta que lo que tanto anhela está más allá de su alcance. Algo que ni con todos los colores del mundo podría plasmar.