Este libro no tiene dedicatoria específica, esta dedicado a quien lo quiera leer. Es posible identificarse con ciertos puntos en el porque todos nos hemos perdido alguna vez. Va dedicado a el que se perdió en el camino, al que encontró su verdadero ser durante esta pérdida y al que aun sigue buscando el sendero de baldosas amarillas hacia la felicidad, va dedicado a la chica que de día ríe y de noche llora, al hombre que siente más de lo que puede expresar, a los que tienen con quien compartir lecturas y a los que tienen en quien pensar mientras leen, va dedicado a el, quien me conoce más de lo que debe pero no se da cuenta, y aunque probablemente jamás llegue a leer una palabra de lo que escribo le seguiré escribiendo mientras su esencia y su recuerdo sigan en mi memoria. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia, pues yo también estoy pérdida en el camino para encontrarme.