«-Sinceramente no sé que está pasando aquí. Y tal vez esté a punto de sonar muy estúpido -Sonreí. -Pero, por favor, no me rompas el corazón. Tenía miedo de su respuesta, por un momento pensé en qué si tardaba en decir algo yo sólo iba a soltar la carcajada y decirle que era una broma, pero no hizo falta porque él tomó mi mano izquierda con sus dos cálidas manos y me dijo mirándome a los ojos: -Primero prefiero romperme cada hueso del cuerpo, antes de romperte el corazón.»