Aquel día me dirigía hacia el bar, solo quería olvidarlo todo era la primera vez que me había enamorado y me habían roto el corazón. Iba manejando con furia cuando vi los ojos de aquel niño que caminaba por la calle lleno de moretones, como si no le importará ser atropellado. Pare en seco antes de que de verdad aquello pasará. Estaba más que molesta, justo hoy que no quería ver a nadie me encontraba con personas extrañas ¡Vaya suerte! Así que salí del auto y grite: - ¡Ey tú niño! ¿¡Y tus padres?! Saben que te peleaste con tus " amigos" de la escuela- dije con tono sarcástico a lo que él no respondió solo me miró. Al ver su mirada supe que estaba actuando como siempre estúpidamente. Qué tonterías hago. - Es muy tarde ya, los niños como tú no deberían estar solos a esta hora de la noche ¿Y tus padres?- volví a preguntar pero ahora con un tono más amable pero firme. - Me preguntó qué estarán haciendo... Solo por ahí en su propio mundo- dijo con tono triste lo cual hizo que finalmente me calmara - Si quieres te llevo a casa ¿Cuál es tu dirección? - ¿No lo ves? Me fui de casa... Y además ya soy mayor por cierto- dijo mostrándome su identificación. - ¿eeehh? ¿19 años? Todavía eres un bebé - Cállese señora - ¿Se-señora? ¡Para tu INFORMACIÓN soy muy JOVEN todavía! Al final no pregunte nada más y lo lleve a mi departamento. Al principio creí que solo sería un tiempo en el que él estaría ahí. Pero, al final, nos terminamos acostumbrando a estar juntos.