Adiós, Dai, ¡sé feliz! Que todo se cumpla en tu vida, lo hiciste bien, aquí dejaste una buena huella y una sonrisa en todos. Te amo como nunca he amado a alguien pero no homo, eh, jaja. En los últimos años que hemos hablado hemos descubierto muchas cosas juntos, donde lo que era sonreír de verdad, el significado de muchas cosas y el darte cuenta de que no estás solo. Me has hecho muy feliz y gracias a ti mi autoestima es medianamente buena. Espero que encuentres ese amor de tu vida que tan lejos piensa que está cuando realmente estará a tu lado. Disfruta, ríe y sé feliz que no siempre habrán momentos buenos. Te amo, no sé cuantas veces te las habré dicho estos meses pero es que te amo, te amo, te amo. ¿Juntos hasta el final? Es el momento de separarnos y no estoy triste porque no debería de estarlo, tú me hiciste feliz y con eso me quedaré, con los recuerdos. Espero que te sepan apreciar de hoy en adelante y recuerda que siempre estaré contigo dándote fuerzas aunque no me veas, chico misterioso. ¿Curioso, no? El chico callado que tan solo me veía en aquel restaurante terminó siendo alguien tan importante en mi vida que ni yo misma me lo puedo creer. Cumple tus sueños de irte a Corea de nuevo para hacer la universidad, de pasarla bien con tus amigos , de hacer feliz a la gente y demostrarles lo que les importas. Porque eso es lo que se te da bien, enseñar a la gente a que las pesadillas pueden desaparecer.
Esas pesadillas que nos siguen a todos pero tú tienes esa cura.
Lo hiciste bien, Dai Kanamura.