AmapolaexremaYdura

Y lo miraba como si sus ojos fuesen dos grandes lunas, 
          	y contemplaba sus labios que le brindaban paz interior,
          	y lo sentía como una gran fogata dentro de su ser, 
          	y lo quería como a nadie había querido, 
          	y lo esperaba, aunque odiara esperar, 
          	Y admiraba su rarisima manera de querer, 
          	Y atendía a sus chistes, aunque fuesen malos,
          	Y soñaba con tocar sus manos, esas que le ofrecían un calido refugio,
          	Y se deleitaba con sus escritos que mantenían viva su ilusión,  
          	De sus palabras que como manos la acariciaban,
          	De sus recovecos en los que descubría mil secretos, 
          	Y añoraba armar junto a el las nubes,
          	Y aunque ya no estaba 
          	Y prometía no escribirle,
          	Aquí estaba, una vez más plasmando letras para el.
          	-Amapola.

AmapolaexremaYdura

Y lo miraba como si sus ojos fuesen dos grandes lunas, 
          y contemplaba sus labios que le brindaban paz interior,
          y lo sentía como una gran fogata dentro de su ser, 
          y lo quería como a nadie había querido, 
          y lo esperaba, aunque odiara esperar, 
          Y admiraba su rarisima manera de querer, 
          Y atendía a sus chistes, aunque fuesen malos,
          Y soñaba con tocar sus manos, esas que le ofrecían un calido refugio,
          Y se deleitaba con sus escritos que mantenían viva su ilusión,  
          De sus palabras que como manos la acariciaban,
          De sus recovecos en los que descubría mil secretos, 
          Y añoraba armar junto a el las nubes,
          Y aunque ya no estaba 
          Y prometía no escribirle,
          Aquí estaba, una vez más plasmando letras para el.
          -Amapola.