Hace unos minutos que enviaron a un escuadrón de exploración para que les comunicaran sobre la posición y si era peligroso. Para sorpresa de los agentes de Darkwatch, era seguro aunque eso les daba mala espina.
El escuadrón de asalto junto al escuadrón de vanguardia veterana avanzaron con cuidado. Su objetivo era simple: buscar al que se hacía llamar el caballero de Arkham y atraparlo, pero también le dieron la opción de matarlo si se resistía (una petición que el propio Máximo ordenó antes de ir acompañar a Mike en busca de algo).
Explorando la zona, divisaron una especie de ritual que se estaba haciendo, Alceo, el capitán de ambos escuadrones informo de esto. —Objetivo localizado. Procedemos a atacar inmediatamente. —comento.
—¡Afirmativo! Recuerda dejar a uno vivo para tener más información. —habló el otro agente a través del voco, cortando la transmisión.
Alceo con un gesto de aprobación le dijo a uno que apuntara al objetivo, pero justo antes de hacerlo, recibió un disparo en la cabeza, que puso en alerta a los dos escuadrones, quienes se prepararon para defenderse.
—¡Emboscada! ¡Escuadrón de vanguardia, cubranos! —dio una orden, mientras los de vanguardia acotaron las órdenes de Alceo, mientras eran atacados por esbirros de Antimonitor y, curiosamente, algunas anomalías. Al parecer aquel ser les llamo la atención y lo usa como experimento y armas de carnicería.
En la cima de una montaña, se pudo divisar a dos siluetas. Que gracias a la luz de la luna, se pudo ver quienes eran: El caballero de Arkham y Decimus.
—Cayeron directo en la trampa —habló la entidad caótica, mientras observaba como luchaban contra sus enemigos, aunque uno a uno estaban cayendo.
—Debo admitir una cosa —dijo, con los brazos cruzados—. A pesar de ser solamente simples humanos, tienen el coraje y la convicción para luchar por su supervivencia, aunque tengan todo en contra.
—Eso es lo más divertido -sonrio el Wulfen—. Luchan por una falsa esperanza que jamás ganarán.
