Carolina se enamoró de los libros desde pequeña, gracias a los cuentos que su madre le regalaba; y, apenas fue capaz de unir palabras por su propia cuenta, comenzó a escribir poesía. Los personajes de sus historias favoritas, tanto de la literatura como de otras expresiones narrativas (como las series de anime), fueron su compañía y fuente de inspiración mientras atravesaba las complicadas etapas de su juventud. Unos años más tarde, cuando los versos no fueron suficientes para dar vida a las historias que daban vueltas en su cabeza, se decantó por la narrativa. Después de haber estudiado Derecho en la Universidad Nacional de Colombia y de especializarse en la rama Penal, ejerció su profesión durante el breve periodo. No le tomó mucho tiempo el darse cuenta de que hay una gran diferencia entre los ideales y la práctica en el campo de las leyes y, al comprender que no encontraría satisfacción en ser un engranaje de la burocracia, decidió que la vida es demasiado corta como para desperdiciarla en algo que no te hace feliz. Entonces, decidió desafiar las posibilidades e ir tras su sueño de dedicarse a la escritura. 
Vive con sus hermanos en una pequeña ciudad cerca de Bogotá, trabajó como profesora de preescolar y le encanta cocinar. Ferviente amante de la literatura, de los mangas y del anime, Carolina es inmensamente feliz cayendo de cabeza en una buena historia, ya sea escrita o audiovisual. Es una lectora compulsiva, le encanta la música y está más que un poco obsesionada con el Patinaje Artístico (una disciplina deportiva que está empeñada en aprender porque cree, de corazón, que nunca es demasiado tarde para cumplir un sueño). Con el apoyo de su madre, su hermano mayor y su pequeño sobrino, pasa sus días creando mundos llenos de aventuras en las que sus personajes que vencen la adversidad y descubren su verdadera fuerza a través del amor.