No necesito que me necesites.
Necesito que desaparezcas porque cargo con los fantasmas de las cosas que haz dicho.
He pasado noches sin poder dormir, días sin comer. Me tenías justo donde querías, jodiendome psicológicamente; pensando en el qué harás, en con quién andarás, en el qué dirás.
Sólo querías atormentarme.
La última vez que te marchaste de ninguna manera intenté hacer que te quedarás, es más si te despedí con gusto. Te dije: "si nos queda pendiente algo, la vida nos volverá a juntar".
¿Sabes? Tal vez nos volvamos a juntar por petición mía. Quiero preguntarte ¿Qué nos pasó? ¿En qué parte del partido comenzamos a pudrirnos?