Fragmento de mi libro Chains, si te gusta puedes leer el resto
En primer lugar, nunca pensé que alguien pudiera hacerme querer desear alejarme de las cadenas que mi padre impuso sobre mí a lo largo de mi infancia.
Esas cadenas, por muy dolorosas e incómodas que resultaran, era todo lo que yo necesitaba para mantenerme a flote, incluso si suena a contradicción.
Para que se entienda, a veces, estar atado te ayuda a no hundirte. Esa era mi lógica antes de que Evans apareciera en mi vida.
Llegó un día en el cual yo no esperaba otra cosa que estudiar y pasar el rato con mis amigos, la rutina de todos los días. Entonces él, con su mera presencia imponente, cambió el curso de mi camino.
Durante la mayor parte de mi vida creí ser feliz, no conocí la felicidad hasta que él acarició mi cabello antes de ponerlo detrás de mi oreja.
Si alguien me preguntara si volvería a repetir mis acciones, está claro que diría que sí.
Evans fue un torbellido imparable de emociones, dolores de cabeza, y lloriqueos continuos que me obligó a beber para olvidar y a gritar para que pudiera ser oida, aun así, él es el motivo de toda mi felicidad, incluso cuando se robó todas mis primeras veces.
