A partir del capítulo 16 hasta el 21, he detectado un tono excesivamente tierno, suave e idealizado, que no se alinea completamente con el corazón de esta historia:
Un romance oscuro, adictivo, peligroso, cargado de heridas, fuego y deseo reprimido.
La relación entre Karoline y Alexander no es un cuento de hadas.
Es una unión marcada por el trauma, el poder, la redención y la transformación.
Sí, se aman.
Sí, hay ternura.
Pero también hay miedo, control, obsesión, celos, inseguridades, y un mundo mafioso que los aprieta por todos lados.
Este no es un amor fácil.
Es un amor que duele antes de sanar.
Por eso, se hará un ajuste en la narrativa de los capítulos 16 al 21, bajando la dosis de dulzura y elevando:
La tensión emocional y psicológica
Los impulsos oscuros de Alexander (posesividad, deseo contenido, necesidad de control)
Las inseguridades y mecanismos de defensa de Karoline
El juego constante entre atracción y temor, entre protección y dominación
El peligro latente incluso en los gestos más amorosos
La presión de su entorno, las expectativas del rol de “esposa de un mafioso” y las decisiones forzadas
Esto no significa eliminar la conexión emocional, sino darle un sabor más oscuro y realista.
Ese tipo de amor que arrastra, que obliga a elegir entre sobrevivir o quemarse.
El dark romance no es dulzura disfrazada.
Es pasión sucia, redención a través del fuego, y belleza en lo roto.
Gracias por sentir esta historia tanto como yo.
Y ahora sí, ajustemos el tono...
porque la oscuridad también puede ser adictiva.
Con amor Enyx07