Carta a mi querido Shiro
Hace cuatro años te vi por casualidad, tan pequeño indefenso y triste, estabas tirado dentro de una jaula; fue imposible no amar tu ser a primera vista. Hoy te fuiste y dejaste atrás dos corazones destrozados, un pequeño gato consentido, tus ojos siempre fueron mis favoritos, podía tener el peor día pero sabía que al volver tenía mi pequeño gordo esperando, mi gatito adorado con pequeñas manchitas sobre la boca, un gato blanco que siempre fue mi consuelo, un gato al que ame demasiado.
Hoy corrí a verte, creo que nunca me dolió tanto el corazón, creo que nunca corrí tanto, las calles nunca se me hicieron tan largas hasta que me avisaron que estabas en estado crítico, fue un milagro cuando a la 15hs te lograron estabilizar, mi corazón salto de alegría; ansiaba que volvieras a casa completamente sano pero todos mis sueños, todo mi mundo se destrozó a las horas de verte vivo, tuviste una recaída de la cual no te pudieron salvar, nunca odié tanto una llamada como esa de las 17:25hs cuando dejaste este plano.
Ir a buscarte fue complicado, caminar se sintió como mover una pila de piedras, tragar el agua se sintió como cuchillos cortando mi garganta, las calles fueron muy cortas, no pude contener mis lágrimas al verte ya sin vida, deseaba rebobinar el tiempo a ese día donde te vi por primera vez.
Te amo tanto que me duele la vida, descansa en paz mi amado gatito mimado