En la oscuridad de mi alma, tu recuerdo arde como una llama, una herida abierta que no sana.
Y en cada estrella busco un atisbo de tu mirada.
Aquella sonrisa, luz perdida, entre susurros se pierde mi vida.
¿Dónde te encuentras amada mía?
Tu silencio me consume, como un cruel desatino.
¿Fue acaso un sueño este amor efímero?
O acaso un juego del cruel destino.
En cada sombra, veo tu ausencia danzar.
Como un eco lejano que se niega a callar.
Y una melodía triste en este mar de penumbras hay.
Regresa amada mía, que tú silencio me está matando.
Regresa amada mía, que este infierno ya no aguanto.