Colores pastel, niños jugando, pequeñas sillas en desorden y un alfa haciendo un berrinche mientras sostenía la pequeña mano del Omega, todos los días era igual tener que aguantar aquel pequeño travieso mientras los demás salían a jugar, pero eso no le molestaba a JeongIn al final el sabía que su alfa era el más pervertido, hormonal, caliente y a la vez infantil, era increíblemente sorprendente eso de él.
¿Pero que harán ellos dos solos, en aquel salón?
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