Besé tus manos, besé tus labios, tus mejillas, tu frente, tu vientre, ¿que no he besado?.
Soy un explorador de tú cuerpo, soy el único que lo conoce, fui tu mano derecha toda tu vida y un gran apoyo para ti. Me encantaba la calidez de tus manos al tocarme, tus lindos ojos brillosos, tus labios rosados y hasta tu rostro sonrojado.
Me gustabas hasta cuando te enojaba o llorabas.
Para mí eres perfecta.
Pero odio esto.
Odio como te veo ahora.
Odio ver tu rostro pálido, tus labios morados, odio tocar tus manos frías, odio ver tus ojos cerrados y saber que nunca los volverás a abrir.
Odio saber que jamás volveré a verte sonreír.
Lo que más odio es aceptar que jamás podré besarte y que no volveremos a estar juntos a partir de ahora.
Odio esto.
(Escrito de hace algunos años)