Bakugo Katsuki e Izuku Midoriya son una muy feliz pareja, llevan juntos desde la universidad.
Se conocieron por casualidad en la biblioteca, ambos estaban distraídos así que, en un descuido, se fueron un fuerte golpe en el hombro.
Bakugo estaba por reclamarle al idiota que lo golpeó, y sin embargo:
—¡Oh! Lo siento mucho, no fue mi intención. ¿Estás bien? ¿No te lastimé?— no pudo decir nada, se quedó callado observando al tipo que hablaba con un dulce tono de voz.
Este chico de cabello pintado de verde al igual que sus ojos, pecas en todas partes, unos lentes enormes, con una vestimenta muy sencilla, cargando una enciclopedia de quizá 200 hojas y portando una mochila demasiado grande y llamativa; este chico le hizo sentir cosas.
—Eh, no, no. Estoy bien, gracias...— por primera vez se puso un poco nervioso, evitando esos ojitos que le miraban atentos.
—Menos mal, bueno, con permiso.— le ofreció una ligera sonrisa antes de darse la vuelta.
Pero Katsuki no quería que se fuera.
—¡Oye!— Susurró lo suficientemente alto para que el otro lo escuchara.
Lo cual funcionó.
—¿Sí?
—¿Y tú? ¿Tú estás bien?— preguntó casi tartamudeando.
Y así, por un accidente fue que este par de tortolitos se conocieron y han vivido muy felices al lado del otro.
