Me llamo Lourdes Espinoza, tengo 34 años, un esposo, dos hijas y un sinfín de historias en la cabeza que nunca dejan de hablarme. Soy Licenciada en Turismo, pero desde niña descubrí que mi verdadera brújula no apuntaba a los mapas del mundo, sino a los mundos que yo misma podía crear con palabras.

Escribir fue mi refugio cuando la vida me exigió madurar antes de tiempo. Crecí sin muchos amigos, y mi mejor escape fue el papel. Mi padre viajaba constantemente por trabajo, mi madre falleció cuando yo tenía 17 años y, de repente, me convertí en hermana y madre al mismo tiempo: cuidé de mi hermana menor, llevé la casa sobre mis hombros y aun así logré graduarme como Bachiller con honores y continuar en la universidad.

Hoy vivo rodeada de mi familia, y aunque las responsabilidades del día a día nunca faltan, sigo encontrando en la escritura mi válvula de escape, mi terapia y mi forma de soñar. Escribir no solo me permite olvidar por un momento el peso del mundo, también me abre la posibilidad de transformar mi pasión en un camino que, con esfuerzo, me genere un ingreso extra y me acerque cada vez más a mi verdadera vocación: contar historias que dejen huella.