Llegamos al capítulo 13. Ya en Wattpad para su lectura. ;-)
Despertó a las seis de la madrugada envuelta en sudor y ya no pudo pegar ojo por más vueltas que dio para lanzarse en los brazos de Morfeo. Su noche había estado infestada de ojos azulados, abrasadores. Que la perseguían incesantes prometiéndole todo tipo de tentadores juegos sexuales. ¿Qué demonios le estaba pasando? Solía ser reflexiva y jamás... ¡Jamás! Se dejaba llevar por las emociones. No, desde que... Sacudió la cabeza por septuagésima vez a lo largo de la noche para lanzar lejos de su mente ese nombre, ese cuerpo y todas sus promesa incumplidas. ¡No! No podía caer en manos de otro mujeriego confeso e implacable. ¡No, otra vez no! Se prometió a sí misma cuando pasó lo que pasó. Lo tenía todo muy bien estudiado. Su nueva vida no incluía la presencia de ningún hombre, y mucho menos de ninguno tan complicado como Eleazar Montero. Cierto que era un tipo tremendamente atractivo y poseía una labia natural para la seducción. Pero ella no era ninguna niñita para caer en sus redes. Ni tampoco una de esas beldades desvergonzadas a las que de seguro, él estaba acostumbrado. Pese a ello la había llamado "chiquilla".
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