— Hola, lamento tener que decirte esto; pero eres alfa y los alfa ahora están locos, así que yo voy a esconderme debajo de la cama y no vas a entrar a la habitación hasta el lunes — Le entrega una almohada, una sábana y cierra la puerta para tapearla desde adentro — ¡Lo siento! ¡Me das miedo! ¡Buena suerte! —