spoilers de algo (no lo edité):
Hay veces que no quiero pensar en nada. Que estoy tan cansado de meterme tanto en mis propios pensamientos que termino con un gran dolor de cabeza. Como si me martillaran la cabeza sin parar, el pecho me comenzara a pesar como nunca antes y ese nudo en mi garganta se ajustara cada vez más.
Cada vez que pienso en cómo me abandonaste como si fuera basura, pienso en el frío que sentí ese día y lo vació que me sentí. Pienso en tu mirada de molestia, como si mi presencia fuera tan insoportable, que no puedes esperar a irte.
Me dejaste y sentí como si estuviese desnudo en medio de la nada con lagrimas silenciosas cayendo de mis ojos. Tu espalda fue el muro que detuvo mis ganas de ir tras de ti. Y mi amor por ti se desvaneció en el aire, como si nunca antes hubiese existido.
Desde ese día... no. Incluso desde antes de ese día, me prometí a mí mismo que nunca más escucharías mi voz, ni me verías. Y no es exactamente porque no quiero ver el odio en tu mirada, sino porque no me mereces, ni mereces mi atención.
...
No mereces mi amor, ni mi tiempo, ni mis lágrimas, ni mi cuerpo. No mereces nada mío. No mereces mi corazón. Más bien, si me odias, te lo regreso con mi indiferencia. Porque en mi mente, tú ya no mereces tener un lugar en mi vida, y yo ya no quiero nada tuyo.
No regreses nunca más. No me interesa tenerte en mi vida. No me importas.
...
Ya no...
Algún día, mi sonrisa será tan grande y mi felicidad será tan evidente, que mi mente va a parar de sobre-pensarte y corazón va a parar de sobresaltarse cada vez que escucho tu nombre. Cuando ese día venga, no regreses. No finjas interés, ni me consideres un conocido. Mi felicidad no quiere conocerte, porque arruinas todo lo que tocas y yo soy prueba de ello.
Aunque ahora esté mal y mi depresión sea tan evidente que nadie se quiere acercar a mí, este no es mi final. Ya sabes lo que dicen... hierba mala nunca muere, y yo nunca moriré. Por lo menos, no así. No por ti.