SomosDeSantos
Oigan yo.... yo a ustedes creo conocerlos.
— Clover.
¡Bienvenidos sean de vuelta! Es un gusto.
— Lilith.
Creo que seguramente los extrañaron.
— Gavrel.
Me corrijo, si lo hicieron y no, no tiene nada que ver con el golpe que me dieron.
Puedo entregarme, sin embargo no se dónde se encuentra mi hermana.
— Oslo.
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Ya me confundí. —Murmuró Clover haciendo de ojos bizcos al escucharles, negó tan pronto como se recupero empezando a sonreír pero observando las acciones en silencio.—
Uh... yo lo siento mucho, no quería formar malos entendidos ni inconvenientes. —Comentó con suavidad. —Si, si, amor y paz.
Guerra... —Gavrel.
Entonces.... ¿cómo han estado? — Oslo.
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¡Por supuesto que sí!
— Clover.
Lilith: Oh... oh vaya. —La rubia se sorprendió un poco ante sus palabras sin embargo negó con una sonrisa.— La mala fama viene y va, así como... esos deseos de destrucción. Mis, mis hermanos han conocido personas con esos deseos.
Gavrel: Al menos no lo lograron. —Dijo riendo un poco el rubio menor, paso la mirada a la otra persona y asintió con suavidad.—
No me molesta.
— Oslo.
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Uh, lo siento, estoy fuera de práctica. ):
— Clover.
¿No tiene alma? oh... ¡Es un placer!
— Lilith.
Creo que me dejarán sin brazo.
— Gavrel.
Que genial que ya no habrá más.
—El castaño cerró sus ojos ante el impacto del grupo en el abrazo, segundos después les correspondió el mismo mientras abría sus ojos y observaba al muchacho fuera del abrazo. —Tranquilo, se alegra de verte, de verlos.
