Cerelle, cariño, ¿por qué me hablas de usted? Sí sabes que te conozco desde que eres un bebé y que eres muy cercana a mis hijos y hermana, ¿no? No tiene sentido que me hables de esa manera. Llámame Alicent.
No la estás perdiendo, es la etapa de la rebeldía. Todas pasan por eso, nosotras como madres debemos entenderlos. DIME, juro que no te regañaré. (O si)