A consecuencia de su poder tanto como la idea de tradición en su familia, fue siempre un miembro constante en las instalaciones. Mantuvo su paciencia intacta durante años ante su fuerte rivalidad con Wyatt e incluso sus burlas, pero todo explotó cuando Camille, su amiga más cercana, se acercó a él histérica contándole qué había intentado hacer con ella. Con una ira explosiva y un control nulo, Theodore se dirigió a su habitación para tomar una de las tantas armas que su padre le había dado en caso de ciertos problemas; la sacó de su caja fuerte para, sin pensamientos entremedio, dirigirse nuevamente a él. Frente a los demás, le pegó dos tiros en la espalda y sin deseos de detenerse, uno en la cabeza; aún en su desenfrenado enojo pensó en las posibles consecuencias y en que, a fin de cuentas, no podía caer solo. Desapareció el cuerpo con ayuda de los demás y mintió dando la coartada que habían pensado en conjunto, aunque no le contó algo a los demás: su padre lo sabía todo. Mientras todos estaban discutiendo en el qué hacer y él estaba enfocado en calmar a su amiga, el chico Rockefeller tomó su celular y llamó a su padre contándole la situación —sin remordimientos— y fue él quien le dió el paso a paso de lo que debían hacer y cómo no se lo tenía que contar a nadie. Volvió a su hogar finalizado el campamento donde lo adentraron más al manejo de armas con la intención de, en caso de suceder nuevamente, saber qué hacer.