/la sonrisa del más pequeño desconcertó por unos segundos al arácnido, que pestañeó varias veces, como si con ello fuera a asegurarse de que era real. para ti puedo buscar un hueco todos los días, kitten. /se inclinó hacia él; durante apenas unos instantes, un destello apareció en los ojos de angel. la mano que había danzado por el mentón ajeno ahora se dedicaba a repartir caricias por su pelaje, y él, coqueto, bebía sutilmente del vaso. tengo un sabor adictivo, así que más te vale degustarme y saborearme como nadie lo haya hecho antes, husky. /jugueteó, con endulzada voz. si lo haces bien, yo también me haré adicto a ti.