Lo lograste, conseguiste el puesto a mejor amiga, Weasley. Increíble que ya tengas dos títulos, prefecta, ¿planeas ir a por más? Si realizas buenas acciones, te esperan buenas recompensas... Por Godric, sonó como algo que diría Dumbledore, ¿verdad? Está bien, está bien. Ríete de mí, bruja. Quise dar una buena frase, no salió como esperaba. ¿Seré así en los discursos antes de los partidos? Oh... debes enseñarme a mejorar urgentemente, con prácticas de oratoria o algo así. Dime que se le ocurrirá algo a tu mente brillante, Kai. Uh, sí, eres adorable como si Chucky se pusiera vestido y... ¡Auch! Violenta. Por eso mismo, no haré lo que me pides, menos si es ayudarte a conquistar a un compañero de mi casa. ¿Qué te sucede? Ya tienes suficiente tiempo rondando por mi Sala Común para ver a los demás y, sobretodo, a mí. ¿Para qué quieres más? Oh, espera. Creo que ya lo sé. Muy en el fondo, tal vez, tu subconsciente desea ser de la mejor casa, Gryffindor. ¿O sea que no soy tu motivo de felicidad nunca? Mencionaste dos cosas que hago siempre, Weasley. ¡Mis pergaminos! Pronto te los pediré de nuevo, para evitar ocuparte espacio y también porque necesito revisar y corregir unos detalles. Pero está bien, tienes razón, me atrapaste. Ninguno de los dos sabe lo que es dormir bien. Ah, ¿no te seducí con el comentario? Genial, lo probaré con otra. No me aburro cuando hablas, Kai, ¿qué dices? Lo que sale de tu boca siempre consigue entretenerme o cautivarme, aunque sea un regaño hacia mi persona que seguramente termine ignorando. Esa fue mi invitación: te veo el viernes a las siete si deseas levantarte temprano para acompañarme a mi práctica, ¿serás capaz? Espero que sí. Sigo sin creer que te daré la razón dos veces seguidas pero sí, estás en lo correcto, no pensaba tocar mis tareas por un tiempo hasta pasar el partido. Si me permites concentrarme, cosa que dudo mucho, ten por seguro que las llevaré.