ᓚ₍ ^. .^₎ 𝗺𝗶𝗺𝗶 .ᐟ

Eso se escucha como mala suerte.. ¡pero entiendo lo que dices! La calidad que puede brindar la luz del sol es reconfortante, pero depende de la hora o también temporada climática, luego luego los rayos ultravioleta te hacen daño y te puedes quemar.. por eso es mejor ponerse bloqueador solar, eso me ha comentado mi madre desde que estoy pequeña. Los días lluviosos tampoco son tan malos, es el clima perfecto para dormir ¿no lo crees? ahí está una de las miles cosas positivas que brinda la lluvia, normalmente cuando salgo casi nunca llueve y si lo hace aún hay sol ¡se forman arcoiris! es realmente bonito. Kazumikiru, Kazumikiru.. entendido, está algo largo ¿te importa si te llamo por un apodó? solo si te sientes cómodo con eso. Oh ahora lo veo, no tienes pupilas redondas.. lamento mucho si te llegó a incomodar no era realmente mi intención, iba a preguntar sobre la deidad de la que desciendes pero siento que es un tema complicado. ¡Perdón si estoy hablando mucho! nunca me doy cuenta si hablando demasiado, las palabras solo salen de mi boca sin poderlas contener. 

Nope, la carga en su carro en las noches.

no... es sabrosa, pero me entristece no poder eliminar o ignorar mi apetito cuando me fijo en un humano. ha hecho que tenga una realidad difícil en las aldeas donde viví. 
            @SoyAtilaThompson  

no puedo evitarlo... ¡sobre todo cuando me dicen tantas cosas lindas! aunque eh, también me gusta la carne de animal, y el pescado. el pienso no, eso es para los gatos domésticos. 
            @SoyAtilaThompson

depende del humano... últimamente no he degustado muchos, pocos caen en mis garras porque corren mejor suerte que yo y algo los salva después del primer beso. el último que probé sabía a pollo.
            @SoyKryssaliaMorke

no tienes porque disculparte, cielo, comprendo el hecho de que quieras disimular dicha característica, es normal cuando sabes que está rodeado de personas que probablemente no se lo van a tomar bien; pero no tienes que preocuparte por eso conmigo. ow, es por lo de la mala suerte, ¿no es así? … ¡yo soy inmune a la mala suerte! /sonreír ampliamente y asentir.      ¡suena perfecto! es el primer apodo que tendré en mi vida. muy bien, entonces kiru será— ¿te gusta el pan de plátano? ¡porque yo hago un pan de plátano muy delicioso! ¿no quisieras probarlo?

mmm entiendo, aún así el color te queda precioso— ¡visualizándote pelinegro también te encuentro demasiado lindo! … escuché mal o acaso dijiste, ¿pelaje? /entrecerrar ojitos.    ow, no te preocupes por ello, he vivido 22 años sin apodos, creo que puedo vivir otro par de años más sin uno, así que no te mortifiques, bonito. ¿largo y extraño? ¡ES ÚNICO Y SUENA BONITO! no me gustaría cortarlo pero, ¿miki te gusta? oooo ¿kiru? ooooo ¿Kiki?

¡pero qué tono tan más espectacular! aunque si te incomoda que las observe dejaré de hacerlo, ¡mil disculpas! estoy acostumbrada al contacto visual, en su lugar voy a enfocarme en tu flequillo, se ve lindo. ¡Kryssa me parece bien! me han dicho con anterioridad que soy amigable pero jamás lo había relacionado a mi naturaleza... aunque bueno, como hija del dios del amor supongo que algo de genética debe haber por ahí ¡te lo agradezco, Kazumikiru! 
            Imagino que debes tener algo qué ver con los infortunios, ¿estás seguro de que es contagioso? ¡puedo conseguir un amuleto ya mismo! conozco brujitas que tallan unas runas de protección que... uf, tremendas.

hmm... ¿qué color querías ocultar? ahora tengo curiosidad, de todos modos ¡son muy bonitos! Es un gusto conocerte, Kazumikiru, yo soy Kryssalia pero puedes decirme Kryssa, Kryss, Ysa, Alia ¡como prefieras! no tengo problema. He oído algunas cosas de las bakeneko, ahora me explico tu peculiar pero linda apariencia; ¿ah? bueno, algunos dioses son así de raros con su descendencia, al final del día él se lo pierde, sin importar la razón por la que te niegue. ¡Pero yo quiero ser tu amiga! no te preocupes por hacerme daño, eh, soy inmortal !!

<3 la única persona (además de mi abuelita adoptiva) que me sube el ánimo: 

a medida que los años pasaron, kazumikiru creció consciente de su doble naturaleza. era rechazado por los humanos, que lo temían por su apariencia y la desgracia que parecía rodearlo. los yokai lo despreciaban por su sangre divina, viéndolo como un traidor. y los dioses, quienes lo consideraban una vergüenza para el cielo, le cerraron las puertas. 
            
            con el tiempo, aprendió a usar su naturaleza yokai para sobrevivir. viajaba de aldea en aldea, adoptando formas humanas para mezclarse entre los mortales, aunque siempre mantenía un perfil bajo. donde fuera, la maldición se manifestaba: plagas, incendios y desgracias seguían su rastro. kazumikiru intentaba salvar vidas, buscando redimir su existencia, pero sus acciones solo agravaban su reputación. la gente comenzó a llamarlo "el emisario de la ruina". de ahí comenzó a decirse que los gatos negros daban mala suerte, por lo que en un burdo intento por cambiarlo, procuró teñir su cabello de un blanco tan pulcro como la nieve.
            
            en uno de sus viajes, kazumikiru se topó con una anciana que no parecía temerle. era una sacerdotisa ciega, que no podía juzgarlo con nada más que su alma. cuidó de él y poco le importó la mala suerte que traía consigo: ya ella había nacido maldita y consideraba que poco podía cambiar. adoptó al joven y le dio la posibilidad de vivir una vida humana, una educación y un futuro... 
            
            fue ella quien lo incitó a unirse a aquel campamento. 

sin embargo, el niño no fue olvidado. fukurokuju, en su juicio, consideró que kazumikiru era una aberración: un ser que nunca debió existir. sin embargo, en lugar de destruirlo, lo condenó a un destino peor: una vida eterna marcada por la mala suerte para que así jamas fuera relacionado con él, tanto en el mundo humano como en el mundo celestial. lo arrojó del cielo, y kazumikiru cayó como un cometa de fuego, un desterrado, un maldito. 
            
            despertó en un bosque oscuro, solo y confuso, sin saber quién era realmente. la maldición de su padre le marcaba con una constante: todo lo que intentara construir sería destruido, cada lazo que formara flaquearía, y la tragedia seguiría cada uno de sus pasos. pero heredó de su madre algo más que su aspecto: su naturaleza felina y yokai le otorgó una ventaja inesperada. kazumikiru no podía morir fácilmente. poseía siete vidas, como los gatos de las leyendas, y una naturaleza seductora, astuta y calculadora que nada podía hacer por evitar que deseara devorar a aquellos en los que ponía su felina mirada. 

hace muchos siglos, en un rincón remoto del mundo humano, una bakeneko acechaba. esta criatura, un gato sobrenatural capaz de adoptar forma humana, vivía seduciendo y devorando hombres imprudentes. su nombre era chizuru, y había perfeccionado su arte en las sombras de las aldeas, con una belleza cautivadora que dejaba a sus víctimas indefensas. sin embargo, el destino quiso que un día chizuru eligiera como presa a alguien que no era un simple humano; fukurokuju, uno de los siete dioses de la fortuna japoneses: el dios de la longevidad, la fortuna y la sabiduría, quien deambulaba entre los mortales disfrazado, como a menudo lo hacían las deidades. 
            
            chizuru, sin sospechar su verdadera naturaleza, decidió hacer del dios su próximo objetivo. con encanto y astucia, lo sedujo, atrapándolo en una noche de pasión bajo la luz de la luna. fukurokuju, aunque consciente de que algo en esta mujer era inusual, no percibió el verdadero peligro hasta que fue demasiado tarde. 
            
            meses después, chizuru descubrió que estaba embarazada. lo que debía ser motivo de alegría para una criatura como ella pronto se transformó en horror, porque al nacer su hijo, kazumikiru, un aura de divinidad delataba el gran pecado cometido. el niño, aunque mitad yokai, heredó características de ambos padres: una inteligencia y longevidad propias de un dios, y rasgos felinos y místicos de su madre. su cola bifurcada, pequeñas orejas y ojos dorados delataban su naturaleza. 
            
            cuando fukurokuju supo lo ocurrido, su ira fue incontenible. las deidades no debían mezclarse con yokais, especialmente con uno tan engañoso como una bakeneko. furioso y temeroso de ser descubierto, el dios descendió al mundo humano, enfrentando a chizuru en un encuentro que sacudió la tierra misma. pronto la gata encontró en su amante las garras de la muerte.