-Lancelot sonrío casi sin darse cuenta, en verdad era muy difícil no dejarse llevar por esa sonrisa cálida - Madame Lilith, entonces. Suena muy elegante, hablar francés además me recuerda a mi país natal
-Un brillo de nostalgia brillo en los ojos del caballero antes de continuar - Respecto a lo último... Bueno no soy yo en lo absoluto quien para juzgar a nadie, aunque no se preocupe, si sus modales no me gustan no tendré la falsedad entonces de fingir lo contrario -
Lancelot calló indeciso de que más decir, dar conversaciones largas no era lo suyo, al menos no sin ayuda