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Y yo que creí que al menos los demonios me aceptarían, sigh. Es un no como de que no, no y no, incluso te digo en otros idiomas, si quieres. Es que realmente es interminable, porque son unos tercos. Pero tranquilo, he tenido un sueño algo raro pero estoy asegurada de que son más palabras que acciones, y no se tendrán que atener a las consecuencias. Buenos días, por cierto.

¡Lukyan! ¿Qué te puedo decir? Aún me mantengo soltera, ya sabes, ninguno es capaz de cumplir mis expectativas. Basta, no digas ese tipo de cumplidos que después la junta directiva me respira en la nuca por querer seguirle el rollo a un estudiante. Bien, el fin de semana te esperaré para esa charla esperada. Mis puertas siempre estarán abiertas para ti, a cualquier hora o día. Te agradezco por la bienvenida, cielo.

Pero miren nada más, si el pequeño Zaytseva se nos volvió todo un poeta. Ay, mi querido Shakespeare, ¿a qué hora pasas por tu rubia amada? Cómo que esa afirmación de que te encontraste con chicas en las vacaciones me sonó un poco rara, ¿acaso no fueron chicas? Quizás te llamó la atención algún rubio bonito que te recordó a mí, no te culparía. Quiero tirarme de un edificio cada vez que voy con ellos, ¿y si intercambiamos de vida solo por unas vacaciones? Es que ser hijo de empresarios suena mejor, anda, acepta.

Tú no te quedas atrás, Luky, pareces un pequeño cachorrito molesto. En fin, muchas gracias por tu bienvenida, te eché de menos. 

ME DICES QUE LE BAJE A MI DRAMA. Te pasas, TE PASAS, Luky. Te declaro la guerra yo misma. Ahora.

Es imposible que no escoja algo ridículamente humillante, ya sabes como soy. Además, estaría genial hacerte pasar vergüenza un rato, ¿verdad que sí? Hola, rey. Todo está tranquilo, y eso me preocupa bastante. Pero bueno, supongo que habrá que disfrutarlo mientras se pueda. ¿Tú cómo estás?

Ni me lo digas, debió haber sabido mejor al enviarme a este lugar para tan sólo ponerme de puntillas. Te digo que no, te diría que no mil veces si fuera necesario. La cosa es que ciertos estúpidos (cof cof los cabezones de Vaughn y Sobek cof cof) se las agarraron contra mí y mi ídola Nymph por un mísero apodo que según requería "derechos de autor", además del aburrimiento, dijeron. ¿Sabes cuál es la parte más irritante de esto? ¡Querían quemarme la cama! El rancho también, pero más importantemente (si es que eso es una palabra), ¡mi preciada cama! No sé si esos quisieran enfrentarse a mi ser luego de no haber tenido donde dormir.