Pues te conseguí un par de calcetines afelpados pero en primer lugar puedo ayudarte con tus dedos congelados, ven pitufina. ─extendió sus brazos sujetando los extremos de su chaqueta, abriéndola para poder abrazarla y así poder envolver su cuerpo con su abrigo y brazos.─ sólo dime que no te estás asfixiando, por favor.