Sí, Liv, salió todo bien, te lo juro por Dios. No tienes por qué preocuparte por eso. En serio, lo último que me importa ahora es mi trabajo o mis compañeros. No te voy a mentir, estar con ellos me levanta el ánimo. Su compañía ha sido... no sé... como una terapia rara. Son buenos tipos, los aprecio, y son como una especie de familia disfuncional, pero la única familia que realmente me importa son ustedes dos. A veces, estar con ellos me hace sentir como una puta basura, porque mi cabeza me dice que los estoy reemplazando.
Podría escribir cien veces aquí mismo que lo siento, que me perdones, pero sé que no sería suficiente.
Yo— Dios, no sé qué más decir. Ahora solo me importa esto, nosotros tres. Encontrar una forma de arreglar algo que parece tan jodidamente roto, pero siento, en el fondo, que tiene solución. Tengo una voz en mi cabeza que me lo dice, y creo que tú también la escuchas.
No quiero hablar de algo tan delicado e importante por mensajes, me siento como un cobarde y ya pasé mucho tiempo esquivando las cosas. ¿Podemos vernos, Liv? Al menos diez minutos. Así también le llevo el peluche a Nate. Dime tú, ¿sí?