¿Quieres que comencemos a hablar de fetiches que no incluya el mío sobre desaparecer y que ruegues por mi presencia? Te extrañé. Ojalá haberte mandado mil fotos desde mi viaje en Brasil. Te abrazaré híper fuerte hasta que se te olvide respirar y así te quedarás siempre.
Rompes mi corazón, Stella. Es sarcasmo, por si tú cabeza no logra asimilarlo. Dios, que fastidiosa eres cuando te lo propones, rubia. En fin, te agradezco el cumplido, también te ves medianamente bien.
Manipulame toda la vida con hacerme ojitos, más no abuses de ese poder. Define falta de atención, porque encerrarme contigo casi veinticuatro horas para hacerme ver tus series chinas se considera; ¿Cómo le dicen? Tiempo de calidad, más del que suelo dar en general, ven acá.
Estás tan segura de ti misma que voy a atribuir eso al simple hecho de pasar tanto tiempo conmigo. Sage te llorará a moco suelto por quitarle atención de tu parte, que divertido. ¿Qué quieres oír? ¿Qué mis asuntos no son tan importantes como tú? Agrego lo malcriada que te has vuelto. No me puedes culpar por querer recrear uno de esos platillos; los cocainomanos de por acá dirán que le ponemos ojos y lengua al ramen.
Aún me sorprende que sea tan fácil escabullirse con ellos. Mamá necesita nuevos guardaespaldas, Stella, y unos más guapos. Nada de nada, me aburro. Estar rodeada de mafiosos no es tan divertido como las películas hacen creer.
¡Bienvenida, Stella! Pásala increíble y no te metas en problemas este año, ya sabes que la cuenta de chismes está con un ojo puesto en ustedes siempre.