Lucía con un toque de rebeldía, sus ojos transmitian un océano azul pacífico. Su pelo descansaba sobre su frente, mostrando así su bonito color oro. Llevaba unos pantalones estrechos que se ceñían a su cintura y a sus largas piernas. A su lado, el barbitas de cuyonombrenoquieroacordarme, se encontraba revolviendo el pelo al otro rubito que se reía como una foca retrasada... PROOOOXIMAMENTE.