Veo el jardín,
aquel lugar que antes le daba paz
a esta triste alma
donde vi a mi hermosa rosa nacer,
El mismo donde la vi llegar a su fin,
esa flor que tanto calor me brindaba
extraño sus fragancia dulce,
sus espinas afiladas, su hermoso color
la suavidad de sus petalos.
Pueden existir millones de rosas,
pero para mi tú eres única
a muchos no les gustaban tus espinas
más yo las amaba con locura
me diste el privilegio de ver
aquello que a otros no mostrabas.
Mi flor delicada y valiente
no me acostumbro a no sentirte.
Me vi en la obligación de verte partir
pues tuviste que cumplir con tú destino.
Como la hermosa Rosa que eres
floreciste noblemente y
pereciste bellamente.