Creo en mí.
Creo en mis verdades, en mis mentiras y en mis lágrimas.
Creo cuando sonrío para los demás. Creo ser feliz haciendo a los demás felices. ¿Pero así alcanzo mi felicidad?
Creo cuando digo una verdad; creo en las verdades mentirosas de “estoy bien”. Porque detrás de cada verdad hay una mentira: mis verdades se enfundan en mentiras.
Creo en las lágrimas que derramo en mi cuarto, sola y abrazada a una almohada. Creo en el dolor y el vacío que crece en mí cada vez que me siento insuficiente.
Creo que nadie me amará como quiero que lo hagan. Creo que nadie jamás podrá amar a alguien tan imperfecta como lo soy yo.
Creo que quizás quiero dormir por la siempre, alcanzo la eternidad misma...