tengo tanto que maldecir, pero parece que ya me estoy ocultando en el ataúd de mi propia tumba. escucho las palabras que dije, las acciones que cometieron mis extremidades, y me siento enferma de mi propia voz y mi respirar. todo lo cometí por egoísmo, pero me pregunto si me dejaría lastimada permanecer a pesar de la tristeza de distanciar. estoy segura que seguiría insatisfecha a pesar de todo lo dicho, a pesar de todo. nada me satisface, solo cuando está esta hirviente hoja que desliza sin juzgar, y escupe lento y doloroso. pero sigue siendo instantes. nada permanece. yo tampoco.