El castaño batió sus alas oscuras con su mirada carmín en el recién llegado, descendiendo frente a él/ella. Sonrió de forma amable entregando le un cacao.
—¡Bienvenid@! Espero te guste, puedes hacer chocolate o usar el cacao como moneda de cambio —
—Es bueno conocerte Mónica, sin duda eres una guerrera admirable que tiene conocimientos únicos, siéntete orgullosa de ello —golpeo con el puño su pecho descubierto, orgulloso y feliz de saber aquello.
Escucharla le hizo sonreír con una gran felicidad, incluso podría llorar del entusiasmo.
—Soy un guerrero Azteca, pero puedes decirme Unay y si, como en la prehispánica, eres la primera que sabe algo sobre el uso del cacao —
¡Hermanita! —lanzó los papeles que tenía en las manos para acercarse a abrazarla—. ¿¡En dónde te metiste!? Que injusto de tu parte el que te fueras así.
Vianka Blair
/ El demonio sonrió, mostrando sus colmillos. Extendió su mano en señal de saludo hacia la chica que estaba frente a ella.
El gusto es mío, Monica.